Para comunicarte con los demás de forma efectiva es mucho más útil saber escuchar que saber hablar. La mayor parte de las personas están ansiosas por hablar de ellos mismos. Todo el mundo quiere hablar de lo suyo. El bien más escaso en la comunicación, y por lo tanto el más apreciado, es la capacidad de escucha.
Cuando alguien nota que le escuchas con interés, se siente seguro, comprendido y nota que puede mostrarse como es.
Vamos a desmigar algunos pasos para convertirnos en una persona que de verdad sabe escuchar y comunicarse de forma inteligente:
- Reconocer la diferencia entre TÚ y YO
Ponerte en la piel del otro te permite responderle desde su punto de vista. La realidad sólo es una, pero cada persona la percibe de forma diferente, la única manera que tienes de ver las cosas como otra personas las ve, es comprender que ella esta en su piel y no en la tuya, todos tenemos valores, creencias y expectativas diferentes.
- Ten una actitud de aceptación
Para poder aceptar a los demás has de empezar aceptándote a ti mismo. Cuando estás seguro, no necesitas ni filtros ni defensas, puedes comunicarte tranquilamente generando la confianza necesaria para poder abrir los canales de comunicación más adecuados, por el contrario cuanto más prejuicios tengas, te será más difícil.
- Escucha con todo el cuerpo
¿Has mirado a alguien a la cara verdaderamente alguna vez?
Tu expresión facial
La distancia física
Tu mirada
Tus gestos
Tu respiración
Tu posición
Tu tono de voz
Tu mensaje verbal
La mayor parte de tu mensaje de apertura ya lo transmites antes de emitir cualquier sonido, el mensaje principal eres TÚ MISMO
- Acompasa
Fíjate la próxima vez que observes a una pareja hablando; al momento puedes saber si funciona la relación. Las parejas satisfechas se mueven sincronizadas: hablan al mismo ritmo, al mismo volumen, con frases semejantes.
Acompasar es crear, es hacer sentir a quien habla que le escuchas y que respondes a sus sentimientos, esto implica hablar siguiendo el mismo ritmo que tu interlocutor. Todos los mensajes corporales y verbales pueden acompasarse y de esta forma apoyar y reforzar tu comunicación y empatizar con tu interlocutor de la manera más eficaz posible.
- Dar permisos y recompensas
Quien no entiende una mirada jamás entenderá una larga explicación.
Un permiso es una señal que indica al otro que estás preparado para escucharle. Pueden ser señales no verbales ( una mirada, un gesto después de una pregunta cómplice ) o verbales.
Una recompensa es una expresión verbal breve que anima al que habla a continuar. su sentido es mostrar interés, hacer que tu interlocutor se sienta acompañado.
Una forma de mostrar al otro que lo ha sido escuchado es quedarse callado unos segundo después de que haya dicho algo, antes de empezar hablar tú. está pausa confirma que no estabas pensándote la respuesta, sino escuchándole activamente.
- Plantea buenas preguntas
La buena pregunta es a la vez un permiso y una recompensa, pues pide al otro que se explique y demuestra que estás siguiendo el hilo de la conversación con interés.
Las preguntas que requieren una explicación para ser contestadas, preguntas abiertas, son mejores, pues animan a hablar más que las que se pueden contestar con una sola palabra, preguntas cerradas.
El método socrático consiste en preguntar de forma que el otro acabe llegando a conclusiones previstas, como llevándole de la mano.
- Parafrasear
Repite con otras palabras lo que la otra persona te dice. Esta técnica es reconfortante para el que habla, le motiva a seguir haciéndolo. Refleja que queremos sinceramente ayudarle a expresarse. Nunca debes de usar esta técnica de forma mecánica.
- Jamás castigues
Una actitud distante es suficiente para que tu interlocutor note que no estás por él, que no intentas ponerte en su lugar. Los castigos pueden radicar en cualquier señal negativa:
Dar muestras de tener prisa
Hacer un comentario no relevante
Interpretar algo que no se deduce de lo que te han dicho
Etiquetar o diagnosticar según lo que te han dicho
Ironizar
Dudar de lo que te han explicado
Hablar de uno mismo después de oír a los demás
No darse cuenta de los sentimientos ajenos
Enfadarse, culpar, juzgar o evaluar al otro
- Aprende el arte de escuchar
Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para escuchar más y hablar menos.
Saber escuchar con interés no es un don innato, sino fruto de una decisión personal.
- Confronta
A menudo nuestras actitudes no resultan coherentes con nuestros pensamientos. Esta discordancia entre palabras y hechos se puede dar de diferentes maneras:
Entre lo que se dice y lo que en realidad sucede: A veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y disfrazamos los hechos inconscientemente.
Entre lo que se dice y lo que se hace: Puedes verbalizar tus deseos y emociones más fervientes pero no actuar al respecto.
Entre lo que se dice y lo que se expresa a nivel no verbal: Armonizar tus gestos con tus palabras no siempre es fácil, las formas de expresión no verbal son una gran fuente de información, que la mayoría de veces, pueden delatar tus pensamientos reales.
Entre pasado y presente: Las circunstancias cambian, debes de tener esto en cuenta a la hora de emitir juicios de valor apresurados o poco reflexionados.
Si deseas practicar e interiorizar todos estos puntos y ampliarlos mejorando tu comunicación y tu capacidad de influencia, hemos preparado para ti una formación en el cual practicarás y experimentarás las técnicas más avanzadas para lograr una comunicación efectiva, te esperamos!!
Víctor Peña
Formador de Habilidades Directivas, Coach Senior Certificado y Sinergologo.